Era un dimecres de maig i el mercat, epicentre de la ciutat, bullia de gent. Feia dos anys que havia començat la Guerra i l’Horta d’Alacant, zona de rereguarda, s’havia convertit en..

Article publicat a Alicante Plaza.

Bombardeig 25 de Maig al Mercat Central d'Alacant

Si algo se quedó pendiente tras la Transición del 78 fue recuperar las memorias del espacio público. El cambio de nombre de las calles franquistas en Alicante o el futuro del Valle de los Caídos son ejemplo de ello. Los significados del espacio público son fundamentales para cualquier régimen político.

Berlín, con un cambio de régimen político más reciente que el español, es ejemplo de ello. Sólo en el siglo XX, la ciudad fue gobernada durante once años por el III Reich de Hitler, bombardeada en la II Guerra Mundial y dividida durante cuatro décadas entre los aliados occidentales y la RDA socialista. La cantidad de información superpuesta en el espacio público a lo largo del tiempo es ingente.

Celebración de la caída del Muro de Berlín en la Puerta de Brandemburgo, icono de la reunificación alemana
A través de intervenciones arquitectónicas se redefinieron espacios que durante décadas permanecieron en ruinas, separados por el Muro o con el significado patrimonializado por los régimenes nazi, soviético o occidentalista. Se generaron iconos de la ciudad capitalista como Postdamer Platz, se mantuvo la memoria de la ciudad socialista en Alexanderplatz o se convirtió la prusiana Puerta de Brandemburgo en el símbolo de la reunificación alemana. 

Tras el derribo del muro y la reunificación alemana, el nuevo régimen de la República Federal Alemana se suele poner como ejemplo de recuperación de la memoria histórica. ¿Por qué? Para analizar las políticas memoriales de Berlín nos centraremos en los procesos de resignificación de tres espacios vinculados a la RDA: Alexanderplatz, Karl-Marx-Forum y el Memorial del Muro de Berlín. 

Alexanderplatz es el paradigma del constante proceso de cambio de una ciudad que nunca se completa. En su origen, la plaza era un mercado agrícola del barrio medieval de Marienviertel, destruido por las bombas décadas más tarde. En 1805 se rebautizó como Alexanderplatz en homenaje al aliado de Prusia, el zar Alejandro I. Y así se la conoce como centro comercial y de movilidad de Berlín. Convertida en el centro urbano de Berlín Este, la mayor transformación de la plaza fue impulsada en 1969 por el gobierno socialista. Para remarcar su centralidad, se construyó la Fernsehturm, la Torre de la Televisión y se erigieron varias esculturas en el espacio peatonal. 

Eje norte-sur de Berlín Oeste, entre Alexanderplatz y el Palacio de Berlín
La transformación socialista siguió por el eje norte-sur hacia el antiguo Palacio Real de Berlín, sobre cuyas cenizas se construyó el Palacio de la República. Entre este y la Torre de la Televisión, se ubicó años después, ya en los 80, el conjunto escultórico del Marx-Engels-Forum. 

El Reloj Mundial y la Fuente de la Amistad entre los Pueblos - Erhard Meyer y Niccolò Miniati 
Las dos piezas escultóricas colocadas en la reforma de 1969 sobre Alexanderplatz son el Weltzeituhr (también conocido como Urania, el Reloj Mundial) y la Brunne der Völkerfreundschaft (la Fuente de la Amistad entre los pueblos). Ambas piezas fueron conservadas tras la reunificación alemana, probablemente por dos razones. En primer lugar, el valor social, ya sus significados -la Modernidad, la fraternidad entre los pueblos- son asumidos por la retórica del nuevo régimen. Y en segundo lugar, el valor artístico de la obra, entre el Realismo Socialista y la Posmodernidad, dotan a este patrimonio de un carácter propedéutico. 

Marx-Engels-Forum - Hans Jakobsson
Tras pasar bajo la Torre de la Televisión, en la orilla del Spree se encuentra el conjunto escultórico en homenaje a Marx y Engels. Simboliza el avance del progreso del este hacia el oeste, y por eso se disponen las piezas en este orden. Al Este, Nuevo Mundo (1985-1986, Werner Stötzer) representa el sufrimiento de los oprimidos con voluptuosas figuras abstractas esculpidas sobre mármol búlgaro. La segunda pieza, las rígidas figuras de Friedrich Engels y Karl Marx (1985, Ludwig Engelhardt) que alcanzan los 3'6 metros de altura, hacen de transición con la tercera pieza El proceso revolucionario mundial, de Marx y Engels hasta el presente (1985-1986, Arno Fischer), cuatro paneles de acero galvanizado sobre las que el cineasta Peter Voigt dispuso 144 fotografías del movimiento obrero del siglo XX. Finalmente La dignidad y belleza del pueblo libre (1985, Margret Middell), en el extremo oeste, representa la liberación proletaria de la revolución socialista con el relieve sobre cobre de una decena de hombres y mujeres, más figurativas que en Nuevo Mundo

Este conjunto ha sido más controvertido que el de Alexanderplatz. En 2012, el traslado temporal de las esculturas por unas obras del U-Bahn sirvieron de pretexto para el ministro federal de transporters Peter Ramsauer (CSU) para proponer la reubicación definitiva del monumento en el cementerio de Friedrichsfelde, considerado el Memorial Socialista ya que están enterradas las personalidades de la RDA. 

Palacio de la República y reconstrucción del Palacio Real de Berlín (Mike-Michele)
 La intencionalidad del ministro se encuadra en los planes del CDU-CSU para resignificar el centro de Berlín como espacio memorial de la etapa prusiana, borrada tras el convulso siglo XX: "queremos devolver el aspecto histórico al entorno del Palacio Real de Berlín, que se está reconstruyendo". Y es que en 2005 se demolió entre protestas el Palacio de la República, para reconstruir el Palacio Real prusiano, un anacronismo histórico que el ministro pretendia culminar con el traslado del Marx-Engels-Forum, borrando así las huellas de la ciudad socialista. La oposición de los partidos progresistas y ecologistas evitó el traslado, "Berlín es una ciudad abierta donde el palacio y el monumento pueden coexistir", declaraban desde el Ayuntamiento de Berlín.

Memorial del Muro de Berlín
En el Memorial del Muro de Berlín, que no se debe confundir con los murales del East Side Wall, se situa el único tramo del Muro preservado en su totalidad, en el llamado Memorial Nacional. El conjunto está dividido en cuatro tramos y transcurre entre el Mauerpark y la estación de Nordbahnof. 


Las memorias de este espacio público se visibilizan a través de tres estrategias. Así dentro de la primera estrategia, la introducción de nuevas piezas, cabe diferenciar las instalaciones divulgativas y las memoriales. Por un lado se instalan "estaciones divulgativas", conjuntos de paneles para contextualizar cada tramo, así como monolitos y placas de homenaje en las coordenadas exactas donde sucedieron algunas de las represiones de la RDA. Por otro lado, en las memoriales cabe destacar la Ventana del Recuerdo, un panel de acero donde se ubican las imágenes de todas las víctimas del Muro. 


La segunda estrategia, la recuperación de preexistencias, trata de representar físicamente los tramos de Muro destruido en 1989, el trazado de los edificios derruidos para la construcción del muro, los túneles excavados para intentar huir de él, el camino de ronda o la valla metálica. La Iglesia de la Reconciliación también ha sido recuperada tras ser derribada para dar paso al Muro, pero con un nuevo diseño.



Signo de la división y la represión de la RDA, la conservación del patrimonio preexistente se hizo más difícil. Además del Monumento Nacional, existen otros fragmentos del Muro repartidos a lo largo del Memorial. Excavaciones arqueológicas dan a la luz fragmentos de cimentaciones y construcciones auxiliares también.

Este patrimonio de la RDA, cuya intervención se realizó ya en el nuevo régimen político, tiene un carácter más memorial que propedéutico, a diferencia de los otros dos anteriores. Este tipo de intervenciones son un referente para proyectar sin nostalgia pero con memoria en paisajes históricos: la arquitectura es una herramienta para visibilizar el trazo de la historia.

El punto de partida en la cuestión de las memorias en España es la tabla rasa que ejecutó el régimen de Franco en todas las ciudades y que con la Transición no se reparó. Aquí no se derribó ningún muro, ni se derrocó ninguna estatua. En las altas esferas y en la calle, el franquismo sigue impune. Hay varias maneras de resarcirnos, incluso la performance nostálgica. Sin duda esta confrontación es necesaria en casos como el español.

Por ello es necesario restituir las memorias que la dictadura borró de la calle y resignificar aquellos espacios aún patrimonializados por el nacionalcatolicismo. Berlín es un ejemplo de respeto a la pluralidad de significados del espacio público, evitando la confrontación (o reapropiándos del significado) con los que contaban con mayor consenso en la RDA tras su caída.

El nuevo régimen generó nuevos signos en Postdamer Platz o la Puerta de Brandemburgo y resignificó el Muro de Berlín para recordar a sus víctimas, pero preservó los de Alexanderplatz y el Karl-Marx-Forum. Por otra parte, la reconstrucción del Palacio de Berlín es un mal ejemplo de recuperación del patrimonio. Reconstruir el patrimonio supone cortocircuitar el devenir histórico de la ciudad.

Por otro lado, aunque fuera del contexto de la RDA, sino como parte de la construcción de Berlín como capital de Alemania, cabe destacar la construcción de memoriales como el del holocausto judío. Operaciones potentes -cuya derivada es el turismo- cuyo objetivo también es el de visibilizar el trazo de la historia.

En ningún caso el objetivo de este post es extrapolar estas situaciones a otros casos, sino añadirlas como referencia. En definitiva, se necesitan bisturí y varias manos para que el tiempo sea uno de los materiales fundamentales con los que se construye la ciudad, y para ello hace falta una lectura capa por capa del devenir del tiempo, de las memorias del espacio público.





Síntesis del trabajo 'Memòria i identitat: la resignificació del patrimoni del Berlín Est després de la reunificació' para Composición Arquitectónica 6 del curso 2016/2017.