Regreso al futuro: el enésimo plan entre Alicante y Elche

A mediados de los 80, cuando Margaret Tatcher empezó a desmontar los gobiernos metropolitanos británicos -cuyo modelo por aquí ni conocíamos-, se utilizó la planificación estratégica como necesario sustituto para la gobernanza territorial. Se pasaba a un modelo más flexible y liberal, con planes estratégicos revisables que involucraban también a agentes privados, como el Thames Gateway London Partnership. El urbanista Antonio Font apunta que se trata de un modelo más flexible que el “plan-ley” típico en la ordenación territorial europea, nuestros Planes Generales.

Como apuntan Ramon Marrades y Chema Segovia, varias décadas más tarde y varios intentos de gobernanza metropolitana -el Consell Metropolità de l’Horta en Valencia, el Gran Bilbao o l’Àrea Metropolitana de Barcelona-, el 75% de las 22 áreas urbanas españolas más importantes contaba con planes estratégicos. El urbanista Jordi Borja los define como planes cargados de partidismo y “ecuaciones virtuosas”. Definición que encajaría con el Triángulo Alicante-Elche-Santa Pola (1993), el primer plan estratégico de nuestro entorno encargado por el Club de Inversores para el Desarrollo de la Provincia de Alicante; una unión de una treintena de empresarios alicantinos e ilicitanos. Este plan fue adoptado por la mayoría socialista del momento e impulsado por el urbanista Alfonso Vergara.

Evolución de las relaciones entre Alicante y Elche
Evolución de las relaciones entre Alicante y Elche - Juan Muñoz, Carlos Pastor y Ana Sanchis (2015)
A pesar de responder a determinados intereses empresariales (no se entiende la equiparación de Santa Pola como tercer vértice sin el proceso urbanizador de Gran Alacant, Arenales y Urbanova), la iniciativa cayó con el cambio político en el Consell, en 1995. Años más tarde, se recuperaría con el Plan de Acción Territorial del Entorno Metropolitano de Alicante (2005), al que se le añadiría posteriormente la E de Elche (PATEMAE). Tras un largo proceso de redacción infructuoso, el plan acabaría integrándose en la Estrategia Territorial de la Comunitat Valenciana (2011). Este largo camino de casi tres décadas ha servido para poco, y justo esta semana se daba el pistoletazo de salida a la redacción del PAT Alacant-Elx (2017), el documento -una combinación de plan estratégico y "plan-ley"- que desarrollará las estrategias recogidas en la ETCV para las áreas funcionales de l’Alacantí y el Baix Vinalopó.

Se suele justificar, en parte, el fracaso de este proceso a las reticencias de la sociedad ilicitana de ser absorbidos por la dinámica de la ciudad de Alicante. Y lo cierto es que la iniciativa para redactar estos planes siempre ha venido de Alicante o Valencia, y esto influye en la perspectiva ilicitana, a lo que se suma un claro déficit de infraestructuras y dotaciones acordes a la escala de Elche.

Estrategias para la región metropolitana Elche-Alicante
Estrategias para la región metropolitana Elche-Alicante - Juan Muñoz, Carlos Pastor y Ana Sanchis (2015)
La actual coyuntura económica y política es propicia para reenfocar la mirada que, tras tantos años de fracasos, necesita nuestro entorno. Hasta ahora, el eje de los planes era potenciar la relación bipolar entre Alicante y Elche, con unas áreas de influencia accesorias. Al menos ya queda claro que el área urbana de Alicante-Elche está conformada por dos áreas metropolitanas -y no una- con imbricadas relaciones. La planificación necesaria es multilateral, reconociendo el potencial de Elche hacia el Vinalopó –incluso más fuerte que hacia la Vega Baja- y estrechando Alicante las relaciones entre los municipios de l’Alacantí, en lugar de una mirada larga hacia una provincia que podría vivir sin la capital.

Con este planteamiento multilateral, podrían aparecer más relaciones de las que recogen los anteriores planes. Y es que no tiene sentido planificar el futuro del Aeropuerto de l’Altet sin el aeródromo de Mutxamel; o tejer las redes de transporte entre Alicante y Elche mientras se obvia la relación entre Elche y Aspe. Y para ello se necesitan las voces de cada uno de los municipios.

Clústers económicos entre Alicante y Elche
Clústers económicos entre Alicante y Elche: salud, Cultura-TIC, logístico-industrial y agroalimentario
- Juan Muñoz, Carlos Pastor y Ana Sanchis (2015)
Se debe dar un diálogo permanente entre la escala micro, más cercana a la cotidianidad, y la escala macro, necesaria para la planificación estratégica. Según recogen Marrades y Segovia, “los instrumentos deberían responder a las dinámicas territoriales siendo una consecuencia de las mismas y no una precondición”.

Si se sigue el mismo planteamiento bipolar que en estos tres planes anteriores, sin reconocer la existencia de dos áreas metropolitanas donde las ciudades de Alicante y Elche ejercen como rótulas; si se sigue la misma metodología que hasta ahora, ya se conoce cuál será el final del nuevo PAT.

La orografía, el urbanismo disperso y la fragmentación del territorio provocada por las infraestructuras han generado un no-lugar entre Alicante y Elche, lo que dificulta aún más la consolidación de la región metropolitana. Un paisaje sin carácter. No hay imágenes comunes si googleas "Alicante Elche". Pero es precisamente el entorno de Aguamarga, desde la alicantina Serra del Porquet hasta el ilicitano Parque Industrial de Torrellano, donde se concentran las mayores oportunidades: la EUIPO, la Agència Valenciana de la Innovació y la Ciudad de la Luz, la rehabilitación del Matadero de Alicante, el Aeropuerto de l'Altet, IFA, los polígonos de Aguamarga y Torrellano... ¿Por qué no un consorcio compartido desde el que desarrollar estos proyectos? Instrumentos de gestión compartidos entre administraciones para actuaciones integradas puntuales.

Infraestructura verde de la región metropolitana Alicante-Elche - Juan Muñoz, Carlos Pastor y Ana Sanchis (2015)
Uno de los hándicaps de la región es la falta de iniciativa política. Después de dos años del vuelco político, las relaciones metropolitanas al más alto nivel no han mejorado. De hecho, el alcalde de Alicante se reunía por primera vez hace unos días con su homólogo de Sant Vicent del Raspeig. Solo el Teatre Principal d’Alacant y algunas concejalías de los distintos municipios –especialmente Cultura- han establecido colaboraciones puntuales. No hay cimientos ni en l'Alacantí, ni en el Vinalopó, ni entre l'Alacantí y el Vinalopó, para este PAT.

La futura ley valenciana de comarcalización plantea estructuras administrativas ágiles en un acertado proceso “desde abajo”, pero la región de Elche y Alicante se bastaría con estructuras más blandas. Reuniones periódicas de alcaldías y comisiones sectoriales entre concejalías serían los fundamentos de un nuevo modelo de gobernanza territorial; más eficaz y corresponsable, optimizando ingresos y controlando gastos. Compartif comunicación para multiplicarla. Establecer relaciones entre distintos agentes que operan sobre este territorio, más allá de las administraciones. Y no obstante, que contribuya también a operar más allá de estas fronteras.

Sobra teoría (lean Sorribes, Romero, Boira, Alberola o Salom). Sobran diagnósticos. Sobran planes. Lo que falta es cultura e iniciativa política. Lo que falta es un discurso vertebrador de Crevillent al Campello. Identificar y consensuar una agenda compartida que mejore la cooperación en la región y la competitividad frente al resto de áreas urbanas. El planeamiento conjunto -el PAT- se aprobará antes de 2019 pero estamos hablando de un proceso político, no técnico, que debería empezar ya y que tendría que culminar con un plan estratégico y de ordenación, unos instrumentos de gestión compartidos y un modelo de gobernanza territorial.

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