La autonomía de la telaraña: diseñar y atrapar con Alberto Corsín

El antropólogo Alberto Corsín empezó su taller con una retrospectiva a los experimentos científicos, remontándose hasta la Revolución Científica del siglo XV. Se desarrolló un sistema cultural basado en la experimentación científica para "hacerse cargo de un problema".

La experimentación era llevada a cabo por científicos -que eran filósofos naturales, aristócratas precursores de los científicos modernos- y debía cumplir tres factores:



1. Encontrar un sitio desde donde abordar el problema y someterlo a experimento, como hizo Boyle con el pájaro y el vacío de aire.

2. Hacerlo acompañado de testigos que puedan legitimar el resultado, generalmente otros aristócratas.

3. Elaborar una narrativa para llegar más allá de los testigos, mediante textos y dibujos plasmados en cuadernos in situ.

"Los medios de comunicación son la infraestructura que nos permite hacer visibles las cosas", afirma Corsín. Con el paso del tiempo se despliega la infraestructura mediática necesaria para traer los laboratorios a los microbios, como las lentes.

En la experimentación se superpone el espacio (con las implicaciones de escala, tiempo y topología, ya que hay otras imaginaciones espaciales), la infraestructura mediática y las comunidades de testigos-afectados (también conformadas por animales no humanos).

Análisis territorial del campus.

Corsín propuso abrir una discusión sobre la jardinería del Campus de Alicante y afrontarla desde estos tres puntos de vista. En nuestro grupo, centrados en el territorio, analizamos las fronteras del campus desde la gestión de residuos, la energía, la fauna y la flora, la seguridad, la expansión territorial, la equidad, la gastronomía, los usos recreativos, la infraestructura docente, el espacio público y la movilidad. Tras analizar el lugar, nuestro grupo pasó a analizar las redes tejidas por las comunidades de afectados del campus de la UA.

Comunidades de afectados del campus de la UA.

Después de la sesión práctica, Corsín desarrolló en una conferencia los fundamentos de su práctica. Desde una perspectiva poscolonial, incidió en la importancia de explorar imaginarios descriptivos sin exotizar, ejemplificándolo con un salto entre Papúa-Nueva Guinea y el mundo del diseño occidental. Para él, el pensamiento moderno que fundamenta el método científico resulta engañoso, "una trampa" que posibilita el engaño entre naturaleza y cultura.

Para ello usa el cuadro de las hilanderas de Velázquez, considerado subversivo, ya que combina un retrato cotidiano con una alegoría de la mitología clásica. Mientras Rubens copiaba a Tiziano para aprender su técnica, en este cuadro Velázquez sitúa una de las pinturas de Tiziano al fondo. Esto supone una conversación de Velázquez con sus maestros y escenifica el papel en la historia de la pintura sin "copiar", abriendo posibilidades de representación.

El gabinete de pintura en el siglo XVIII


(CALLE GALILEO MADRID)

(CONFERENCIA)


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